Monstruos que retozan en este sitio:

miércoles, 3 de febrero de 2010

LA ESPERA


Ya hacía un tiempo que vivía ahí y estaba acostumbrada.
Al principio, la estadía se tornó dura. No encontró a los que pensaba encontrar.
Cuando llegó, ellos ya no estaban, se habían ido. En su lugar halló gente extraña, y no eran tantos tampoco.
Se habituó a las largas charlas, en las tardecitas, sentada a la salida de su morada, recordando historias antiguas. Aprendiendo también a convivir con el pasado, a aceptarlo como tal, como algo perdido. ¡Eso llevaba su tiempo!
En la primera semana se sintió desolada, lloraba mucho. Había mañanas en las que gritaba tan fuerte su impotencia que los gritos eran escuchados por los ocasionales visitantes del lugar, haciendo que más de uno huyera espantado.
Los que llegaban estaban un tiempo relativamente corto, comprendían todo, miraban lo que dejaban con ojos tristes y se marchaban arrastrando los pies con resignación.
Ella no. Se negaba a irse. No se iría sola como el resto. Ella lo esperaría. ¡Él no se merecía otra cosa! Ella esperaría lo que hiciese falta y el día de su entrada… le abriría el portón.
Se sienta y cuando piensa en eso es cuando realmente se siente feliz.
Ella sabe que llegará, seguramente, vestido con su mejor traje y escoltado por parientes llorones.
Quiere ver su expresión cuando lo dejen solo y la encuentre. Cuando ella decida mostrar su rostro macabro con la pestilencia que traen los años y que se adhieren mohosos a su ser.
Ese día lo tomará de los hombros y lo conducirá al lugar donde se merece estar. Quiere verlo entrar, quiere verlo aterrado y suplicante, así como él la vio aquella última vez.
Se sienta afuera y contempla el tiempo pasar. ¿Qué son diez años, cuando uno espera por la venganza? ¡Diez años, no son nada! Ya llegará.
Por lo pronto, durante las noches, entra al mausoleo y se sienta a contemplar lo que queda de la belleza que supo poseer y acaricia los huesos rotos del cuello para no olvidar. Para poder seguir esperando sin olvidar.
Suspira profundo y los perros ladran.

Él llegará.

4 comentarios:

Malena dijo...

CUÁNTO DURA "IMPERTURBABLE" EL SABOR DE UNA VENGANZA?

"Y LOS PERROS LADRAN..." (QUIZÁS SÓLO ELLOS LO SEPAN, PQ ES IMPOSIBLE OCULTAR "SU SABOR DULCE"!)

ABRAZOS AMIGA! (Y FELICITACIONES! X ENGANCHARME_UNA VEZ MÁS)

MALENA

Anónimo dijo...

hola sombras!!! aca paso y sumarme al comentario de male por generar ese enganche.. buenisiiimoo!! y gracias por pasar por mi blog.. y para irme quiero dejar una cita "Ya llegará.".. cuanto tiempo podemos estar esperando ese momento?? cuan fuerte puede ser el amor para que en algunos momentos sentir que se nos va nuestras vidas y nuestros tiempos esperando eso?? gracias por compartir.. y aclaro que yo no espero venganza, solo espero que alguien se acuerde del amor.. nonisortega

madroca dijo...

La espera del desesperqado, ese clamor de venganza que alimenta esa espera, el ladrido de los perros mientras en el mausoleo ella se regodea en su soledad planificando ese último encuentro.
Muy buen relato escarcha, tienes ese don de enganchar a la lectura y sorprender cada día.
felicidades por tu imaginación y por saber plasmarla tan bien.

Musaraña dijo...

Que larga siempre se hace la espera cuando son los otros los que han de llegar...

...Aún así ella espera y espera, y cuando por fin se encuentren ¿qué pasará?

chan chan...que intriga!

:)

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