Monstruos que retozan en este sitio:

martes, 26 de octubre de 2010

La escritora


Y un buen día la escritora se quedó sin historias de terror.
Buscó en el sótano de monstruosidades, abrió el cajón de bestias deformes y monstruos varios y todos se negaban a salir
aduciendo estar cansados de ser utilizados y reciclados.
-La gente se dará cuenta de que ya no tienes historias, nos has despellejado, desmembrado y eviscerado tantas veces que ya nadie te cree. La sangre que salpicas a nadie impresiona- y dejando esta sentencia en el aire, le cerró la puerta apretándole la mano.
La escritora subió las escaleras besándose los nudillos rojos por el golpe, entró al comedor y se sentó a esperar que algo hiciera funcionar la zona oscura y truculenta de su cerebro.
A la media hora llegaron sus hijos, avanzando con el bullicio que caía a borbotones por sus manos, haciendo trizas al silencio con las carcajadas, cambiando el orden del universo con sus voces. Contando las historias de manera anacrónica y hasta ficticia.
La escritora devenida en madre olvido sus ausencias literarias y se dedicó de lleno a sus dos hijos que reclamaban enérgicamente su presencia.
Las siguientes dos horas fueron ocupadas en bañarlos, hacer deberes y cenar.
En esto último estaban cuando patearon la puerta de entrada, los niños gritaron y se abrazaron a su madre.
La puerta temblaba ante la fuerza que ejercían desde afuera a base de patadas e intentos de abrirla, el picaporte por ratos quería hacer giros completos.
-Basta- grito ella aterrada -¿Quien es?
Los niños a esta altura lloraban agitadamente.
Todo se detuvo y quedó inmerso en un silencio angustiante.
-Quédense aquí- susurró haciendo esfuerzo por aflojar aquellas manitas que se aferraban a su cadera.
Se acercó despacio, poniendo atención a ese silencio que la llenaba aun más de un aturdimiento horroroso.
Colocó la mano en la puerta, como queriendo sentir si aun latía, si seguía viva.
Se agacho y miró por la abertura de la llave.
Un ojo abierto desmedidamente, con la pupila negra y dilatada la miraba desde el otro lado.
La escritora chilló asustando a los niños que nuevamente rompieron en llanto.
-¿Quien está ahí?- gritó mientras corría al teléfono- Vete que estoy llamando a la policía- amenazó
Pero el tubo del teléfono, como en las mejores historias de terror... estaba mudo.
Tomó a sus hijos, corrió a la pieza y los escondió en el ropero, tapándolos con sábanas y rogándoles que no hicieran ruido.
Cuando regresó, la puerta estaba semiabierta.
Quedó aturdida, no sabía si entrar al comedor o regresar donde estaban los niños.
Sentía que le faltaba el aire, los pulmones se dilataban pero no llegaban a insuflar suficiente oxígeno. Miró hacia la pieza donde estaban ocultos sus hijos.
Un hombre la observaba desde adentro, cerrando delicadamente la puerta, sonriendole en el último instante.
Gritó, lloró como una histérica, golpeando, pateando la entrada a la habitación.
La ventana le llegó a la mente en segundos y corriendo como una poseída salió de la casa y dio la vuelta resbalando varias veces en el camino.
Cuando llegó el corazón estuvo a un tris de detenerse. La ventana estaba abierta de par en par, no había nadie adentro y el ropero, con las sábanas tiradas, le reía vacío.
Una nota colgaba de la cortina:

Me contactó la cosa que habita en tu sótano y me pidió que te diera alguna idea para escribir una historia de terror.
Ahora la tienes.
Cuando la publiques... tus hijos regresarán.

La escritora digirió todo lo que estaba pasando y regresando agitada tomó su cuaderno con mano temblorosa y entre sollozos comenzó a escribir:
"Un buen día la escritora se quedó sin historias de terror.
Buscó en el sótano de monstruosidades, abrió el cajón de bestias..."

15 comentarios:

Renate Mörder dijo...

Las bestias se sintieron relegadas y la vinieron a buscar. Muy bueno, como siempre.
Renate

escarcha dijo...

Gracias Renate por pasar!

Bee Borjas dijo...

Muy bueno Diana! Me gustó mucho la vuelta de tuerca que tiene. Además me hiciste acordar cuando me agarraba el "síndrome de la hoja en blanco" cuando estudiaba Diseño Gráfico en la facultad... Beso enorme amiga!

escarcha dijo...

GRACIAS BEE POR LEERME!!!

Heraldo dijo...

¡Me encantan estos relatos que tienen más de un nivel de lectura! ¡Escarcha lo hizo de nuevo! Pulgar arriba ;-)

escarcha dijo...

GRACIAS HERALDOOO!!!!
;-)

MORGANA dijo...

Escarcha,me encantó el relato...el cazador cazado.¡¡¡Buenísimo!!
Besotes.

escarcha dijo...

besos a vos MORGANA
GRACIAS POR PASAR

EL PAÍS DE LOS BOSQUES dijo...

Lo visioné como si de mi "cortometraje" favorito se tratara!!!!

Le dí tantas veces al "play" q..

Besitos,

Male.

(D.. publicité el país de los bosques en facebook: Incluyo los posts q publiques allí?? Díme algo, mi niña!)

escarcha dijo...

si niña, lo que vos decidas esta bien!
besos male!

MIMOSA dijo...

Te pido perdón anticipadamente por mi futura expresión:
¡ERES LA HOSTIA!
Un día me voy a quedar aquí pegada de la angustia que me entra.
BESOS Y MAS BESOS

Musaraña dijo...

Que considerada la cosa del sotano, tomándose tantas molestias para inspirar a la escritora

Como siempre buenisimo ;)

escarcha dijo...

gracias Mimosa!
:-)

Musaraña! como andas d tu resfrio? mejor??
SALUDOS MUJERES

Musaraña dijo...

Bueno aún no se me quita pero estoy mejor....eso si, ando poco inspirada, pero me es inevitable pasarme a leer. ¿Te dije ya que eres mi droga? .P

madroca dijo...

La historia en un bucle, el principio es el final, o quizá no, quizá el final es un nuevo principio, interesante y como siempre, sobrecogedora, un saludo Diana

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